¿Qué es la fotografía terapéutica?
Las imágenes son fascinantes. Vivimos más plenamente gracias a lo que facilita el mundo invisible de la imagen, y no refiero al famoso metaverso virtual de Zuckerberg. Me refiero a las infinitas posibilidades que ofrece la imaginación para elegir, crear y soñar nuestra realidad. La imaginación nos permite ir y venir al pasado y al futuro y esto, es indispensable para gestionar nuestras memorias y deseos. Posiblemente esto nos haya alentado a pensar que las imágenes pueden resultar terapéuticas. Sin entrar en mayores detalles ahora, parece que tienen un papel en nuestra sensación de bienestar que vale la pena investigar.
Dicho esto, vale la pena una primera aclaración. Fotografía terapéutica es la forma que tenemos para llamar al efecto positivo de hacer o mirar fotografías (no siempre es así, y esto nos llevará más adelante a buscar las situaciones en las que se produzca este efecto deseado). De esta forma, aunque a veces lo haya podido parecer por los enfoques empleados, la fotografía terapéutica no es una técnica o una modalidad como tal, sino más bien una consecuencia.
Este efecto a fascinado a muchos profesionales durante años y estos se han visto en la necesidad de proponer denominaciones para poder hablar sobre este potencial. Estas denominaciones, a veces pudiera parecer que se refieran a una modalidad de trabajo con fotografías, pero no es exactamente eso.
Cuando hablamos de fotografía, todo el mundo sabe a qué nos referimos. Llevamos ciento cincuenta años fotografiando personas, eventos, planetas, plantas o animales. Sin embargo, hablar de fotografía terapéutica es algo que todavía necesita alguna aclaración.
¿Cómo puede resultar terapéutica la fotografía? ¿Será por la cantidad de fotos que hacemos?, ¿por la forma en que las hacemos?, o quizá ¿por una forma ritualizada de mirar las fotos?
En realidad, se trata de algo más sencillo, pero para descubrirlo tenemos que poner el foco en donde realmente es importante. En que las personas tenemos una marcada naturaleza visual. Somos visuales, tanto o más que mentales. Podría decir incluso que las personas vivimos en imágenes. Quizá parezca esto un poco exagerado, pero piensa un momento: ¿Qué es lo primero que haces al despertar por la mañana?, ¿no abres los ojos para ver el mundo (o el movil)?, ¿y al acostarte o al cerrar los ojos, no te aparecen imágenes de recuerdos o sensaciones?
¿Ves la conexión? La fotografía no es terapéutica por sí sola, pero sí puede serlo la conexión con sentimientos e ideas que promueve. Por ejemplo, fíjate cómo al mirar una foto de familia, se activan automáticamente sentimientos hacia las personas que aparecen en la imagen. Esta conexión emocional es importante y puede ayudarnos a sentirnos reconfortados, o entender mejor una situación compleja de forma espontánea.
Fotografía terapéutica es la forma que tenemos para llamar al efecto positivo de hacer o mirar fotos.
¿Para qué usar fotos en entornos de facilitación?
Según mi experiencia, sobre todo, la fotografía sirve para crear el espacio potencial necesario para las conexiones de las que hablamos, facilitando el acceso y la gestión al mundo interior y al de los demás. Por descontado, es una herramienta fudamental para el aprendizaje, como es el reconocimiento del mundo y de los mensajes que manejamos.
A nivel practico, esto promueve actividades que permiten trabajar el autoconocimiento o el acompañamiento en procesos de aprendizaje y de cambio.
Estas actividades tienen un gran potencial en una sociedad tan visual y tan sensible como la nuestra, sobre todo, si se desarrollan desde una perspectiva ética y profesional.
Creo que cada vez más personas son conscientes de esto y quieren aprovechar este potencial y formarse en este campo. En mi caso, como docente, llevo 20 años investigando y más de 40 ediciones formando a profesionales de diferentes ámbitos en pedagogía visual, fotología y fotografía terapéutica. Mi objetivo es ayudar a otras personas a iniciarse o avanzar en este campo con todas las palancas que le siguen, como la cara b de la fotografía, la filosofía de la fotología y muchas más ideas que ayudan a sacar todo el partido de esta gran aliada para la vida, el crecimiento personal o incluso la salud mental.
Vivir en imágenes
Hace 20 años del comienzo de mi investigación sobre la fotografía terapéutica y desde entonces, han pasado muchas cosas. Tantas que casi da vértigo! Hoy muchas personas estamos usando fotografía en procesos de participación, de acompañamiento o investigación. Pero más importante todavía, estamos viviendo en un mundo cada vez más hecho de imágenes. Hoy nuestro mundo es innegablemente visual, y si aceptamos que estamos hablando de un mundo creado por nosotros mismos, quizá, podemos pensar que en el fondo somos seres con una clara orientaicón visuales. ¿Será que vivimos en imágenes?
Veamos. Cada día consumimos más y con mayor velocidad fotografías, vídeos y otros “visual media”. De hecho, cada día más nuestras comunicaciones profesionales y personales están mediadas por imágenes. Las imágenes nos mueven y conmueven cada día. Las usamos para mostrar cualquier cosa, para reconocer ideas, objetivos o emociones… En definitiva, las imágenes están ocupando nuevos lugares e importancia tanto en nuestras vidas compartidas como en la vida íntima.
Estamos haciendo un uso muy extensivo de la imagen, y ante tanto uso informativo (a veces desinformativo) vale la pena recordar que estas nos ayudan a hacer muchas cosas que de otra forma no podríamos, y que incluso pueden facilitar la mejora del bienestar personal. Por eso, creo firmemente que esta sociedad, para crecer saludablemente y poder afrontar los retos de un entorno cada vez más visual, necesita más pedagogía y alfabetización visual. Finalmente, este consumo y producción de imágenes requieren un aprendizaje que facilite un uso consciente y saludable. Necesitamos urgentemente gestionar el potencial de las imágenes. Son muchos ámbitos los que se ven afectados: sociales, culturales, clínicos, espirituales y personales, y desde todos estos lugares, son muchas las oportunidades que se abren para mejorar las relaciones y la calidad de vida de las personas con las imágenes.
Seguir aprendiendo
La fotografía terapéutica es una forma de llamar al efecto positivo que tiene hacer o mirar fotografías. Si te interesa, es está página web puedes encontrar artículos, experiencias y recursos que facilitan o investigan la fotografía terapéutica; y si quieres formarte en este apasionante campo, en Instituto 8 vas a encontrar los cursos donde comenzar, ampliar tus conocimientos o profesionalizarte en el uso de imágenes como herramienta de facilitación y autoconocimiento. Estas formaciones te prepararán para introducir y gestionar de forma saludable, imágenes en procesos de facilitación, acompañamiento y crecimiento personal.